La Terapia Visceral ¿puede influir mi digestión en mi espalda?
Cuando hablamos de la terapia visceral, nos referimos a aquel tratamiento referente a los órganos del cuerpo.
El estómago, el hígado, los riñones, intestinos... pueden dar una serie de síntomas y signos que pueden confundirse con otras patologías más frecuentes.
¿Alguna vez os ha dolido alguna parte del cuerpo sin que haya habido una causa clara del dolor? Pues puede tener un origen visceral.
Descartando un origen traumatológico, algún accidente o cualquier causa parecida, podemos centrarnos en buscar una etiología visceral.
Cuando hay problemas viscerales, significa que la movilidad de la víscera en cuestión se encuentra limitada por tensiones en la zona o a distancia, y esa pérdida de movilidad puede producir la sintomatología característica de cada órgano.
Cada víscera específica da una serie de síntomas concretos. Por ejemplo, muchos dolores de hombro pueden provenir del estómago o hígado; o dolores lumbares pueden tener su origen en el riñón.
Normalmente estos síntomas suelen venir acompañados de otra sintomatología fisiológica: problemas gastrointestinales, sudoración, debilidad o malestar general, alteraciones renales...
La terapia visceral se basa en el tratamiento del órgano determinado (si tiene algún tipo de disfunción) acompañado de todas las estructuras que rodean el foco del problema. Un tratamiento visceral siempre es acompañado por otros tratamientos estructurales.
¿Ya has probado en algún momento la terapia visceral? ¿Sospechas que puede ser una causa de tu dolor? Déjanos tu comentario.
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