"Llegué a ser fisioterapeuta porque el destino lo decidió así"

Aún recuerdo esos días de pequeña cuando le decía a mi doctora "Cuando sea mayor ocuparé tu lugar". Desde muy pequeña tenía claro que quería dedicar mi vida al ámbito sanitario y en especial a la medicina.

 

En mi adolescencia trabajé mucho para llegar a ser médico, tras intentos en selectividad y ver que no alcanzaba la nota, decidí probar con el grado de Fisioterapia. Entré en la carrera con miedo, no estaba sí me iba a gustar, pero fui conociendo año por año la amplitud de la fisioterapia y acabé enamorándome de la profesión. Me enamoró tanto, que cuando mi madre me dio la posibilidad a segundo de cambiarme a medicina no quise, me gustaba tanto la carrera y me hacía tan feliz que sabía que quería ser Fisioterapeuta.

 

Cuando llegué a las prácticas externas, descubrí lo que me gustaba pasar tiempo con los pacientes, ver y acompañar todo el camino de evolución durante la rehabilitación. Me gusta mucho dedicar tiempo del tratamiento al ejercicio terapéutico para una mejor recuperación.

 

Al salir de la carrera tenía muchas ganas de ejercer, ya que me habían encantado los dos últimos años de prácticas de la carrera. Eché muchos currículums, uno de ellos en éste centro, Fisiosport me dio la oportunidad de ejercer la fisioterapia 1 mes después de salir de la carrera, con muchas ganas y ilusión.

Gracias a ello pude hacer mi formación en Pilates terapéutico, ejercicio funcional e hipopresivos. Como tuve la suerte de hacer prácticas en UPACE, descubrí que me encanta la neuropediatría y atención temprana, futura formación que tengo pensada hacer próximamente, junto con otras para poder dar lo mejor de mi y crecer profesionalmente.