Desde muy joven tuve claro que quería dedicarme a la rama sanitaria. Enfermería, luego medicina, al final fue fisioterapia por mi relación muy niña con el baloncesto.

Ver a los fisioterapeutas tratarme y recuperarme de mis lesiones, fue lo que me hizo decidirme y me apasiona ser fisioterapeuta. 

Mientras estudiaba la carrera fui haciendo cursos cortos de fines de semana para ayudar a completar mi formación. 

Cuando terminé la carrera, opté a varias ofertas de trabajo y fue Noemí quien me dio la oportunidad de trabajar en su clínica.

Realizado ya mi primera formación más densa en terapia manual ortopédica (TMO), soy de las que cree que mi formación no va a terminar nunca. 

Me encanta formarme, aprender nuevas técnicas para tener las mejores herramientas para tratar a mis pacientes que son lo más importante para mi.